El documental, realizado por el cineasta austriaco Erwin Wagenhofer, trata los problemas de la globalización desde el punto de vista de la producción de alimentos en diferentes zonas del globo, dedicando una parte importante de la cinta a la horticultura de Almería. Wagenhofer realiza un retrato sensacionalista y sesgado de la agricultura de invernadero, con datos y afirmaciones alejados por completo de la realidad y que muestran a Almería como ejemplo de los peligros de la globalización, por el hecho de surtir a Europa de hortalizas durante todo el invierno.
La película se estrenó en Austria el pasado 30 de septiembre de 2005 y desde esta primavera está siendo proyectada en países como Alemania, Francia o Suiza, clientes habituales de nuestras frutas y hortalizas. A las salas españolas llegará el próximo otoño, en plena campaña agrícola. El estreno del documental en nuestro país irá acompañado de la publicación de un libro, ‘We feed the World. Lo que realmente nos cuesta la comida’, en el que la crítica hacia Almería se endurece aún más.
Entre otras cosas, la cinta recoge que la utilización desproporcionada de plaguicidas en la provincia causa la muerte a 25 personas cada año. “(…) Vómitos, dolores de cabeza, inflamaciones de la piel y un aumento de los casos de cáncer de mama forman parte de la vida diaria en Almería”. También sostiene que en Almería se utilizan 3 ó 4 veces más pesticidas que en Holanda y que nuestros productos incumplen sistemáticamente los Límites Máximos de Residuos (LMR) europeos.
La inmigración es, como de costumbre, otro de los focos de crítica hacia Almería. A la hora de hablar de la situación de los trabajadores, Wagenhofer recurre al informe realizado en 2001 por el Foro Cívico Europeo, lo que da una idea de la fidelidad con la realidad que guarda este documental. En este sentido, se afirma que en los invernaderos trabajan entre 20.000 y 25.000 marroquíes por poco más de 20 euros al día y que viven en los mismos almacenes donde se guardan las sustancias venenosas. “(…) Esta situación recuerda más al tercer mundo que a Europa”.
Otro hecho que demuestra el desconocimiento y la ignorancia con la que se ha acercado el realizador austriaco a la agricultura almeriense es que llega a afirmar que “cada europeo consume anualmente diez kilos de verduras regadas artificialmente en invernaderos del sur de España a pesar de la escasez de agua”. Es evidente que desconoce que Almería es, actualmente, el lugar del mundo donde más se aprovecha cada gota de agua, gracias a los eficientes sistemas perfeccionados por el sector tras varias décadas de trabajo e investigación.
COAG Almería muestra su indignación ante estos hechos y vuelve a reiterar a la Administración la necesidad de contrarrestar institucionalmente la demagogia con la que se trata a la agricultura almeriense hace años desde distintas estamentos europeos. La organización agraria tiene previsto, además, proponer a la Interprofesional Andaluza de Frutas y Hortalizas que tome cartas en el asunto y estudie emprender acciones legales contra este tipo de ataques que periódicamente se realizan sobre nuestra agricultura.
COAG defiende desde sus orígenes un modelo social de agricultura basado en explotaciones familiares y se solidariza con la situación de los productores de otras zonas del planeta que se ven sometidos al dictado de multinacionales sin escrúpulos, pero no comparte que la producción de alimentos en Almería sea equiparable con la situación que padecen algunos países del tercer mundo, tal y como se quiere dar a entender en el documental.
Entre los enlaces recomendados en la página oficial de la película figuran, entre otras, organizaciones centroeuropeas que han destacado en el pasado por sus ataques hacia la agricultura provincial como el Foro Cívico Europeo o Greenpeace Alemania.
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