Holanda está trabajando en alternativas al castrado de lechones, dado que es una práctica que rechazan las organizaciones holandesas de defensa de los animales, pero que permitan obtener carne sin sabor sexual. El Ministerio de Agricultura holandés ha encargado un estudio a la Universidad de Wagenigen (Países Bajos) sobre el impacto técnico y económico del castrado indoloro de lechones y la detección del mal olor de la carne de cerdo en la línea de sacrificio, según publica el Boletín Exterior del MAPA.
La anestesia con una baja concentración de CO2, se ve como una solución innovadora, pero a corto plazo. Tiene la ventaja de que puede aplicarse en los boxes de las explotaciones ganaderas, sin dolor para el animal, y que se trata de un instrumento relativamente económico. Además, la castración podría combinarse fácilmente con otras intervenciones ahora dolorosas, como las marcas de las orejas y la administración intramuscular de hierro. La Asociación de Porcicultores Ecológicos (VBV) ha anunciado que a partir del 1 de julio de este año, van a castrar a sus lechones con anestesia. El coste oscilaría entre los 0,66 y 1,25 euros por animal.
Los investigadores de la Universidad de Wagenigen piensan que el futuro está en la combinación de técnicas, como la selección genética, la detección en la línea del matadero y el manejo en el seno de la explotación. Se están estudiando las posibilidades que ofrece la selección genética en relación con la búsqueda del cromosoma que origina la típica fragancia de la carne y la selección del genoma. Las primeras investigaciones apuntan a que el gen del cromosoma siete es el causante de dicha fragancia. Con las ocho variantes de ADN que se han encontrado en este cromosoma puede, posiblemente, conseguirse una variación en la hormona androsterona. Otra línea de investigación es la neutralización inmunológica por la que se elimina de los lechones machos la androsterona. En Australia y en España están en marcha, desde hace tiempo, estudios piloto para ver las posibilidades de esta alternativa.
Los porcicultores pueden, en gran medida, prevenir la presencia de las sustancias androsterona y skatol, causantes de la fragancia de la carne, por ejemplo, suministrando animales de menor peso canal (de menos de 85 Kilos de peso vivo). El skatol se forma en el intestino grueso por la digestión del triptófano presente en el pienso compuesto. Lo producen especialmente los cerdos machos porque la androsterona favorece su formación. Con medidas de manejo, como el suministro de piensos distintos y mejor higiene, los ganaderos pueden también prevenir la formación del skatol.
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