La Federación de Asociaciones de Mujeres Rurales (FADEMUR Galicia) convoca a las 34.000 ganaderas y agricultoras que operan en Galicia a la mobilización que convocó Unións Agrarias el día 16 en Santiago de Compostela. Después de año y medio de la nueva Xunta, Fademur esperaba de la Consellería de Medio Rural un giro en las políticas agrarias que derivara en un verdadero cambio de la situación que vive el medio rural gallego, algo que no se ha producido. A la falta de resultados de la gestión política incide negativamente en las trabajadoras gallegas de forma especial: son el verdadero motor de la economía agraria gallega, pues casi doblan a los hombres en el empleo agrario (34.608 REASS, el 64%) y cumplen una triple función (trabajan en la explotación, llevan el peso de la casa y cuidan niños y mayores).
A estas 34.000 mujeres titulares de explotaciones hay que sumarles otras 10.000 agricultoras y ganaderas que están desarrollando un trabajo invisible en la granja en concepto de ayuda familiar, sin ningún tipo de cotización ni de derechos laborales o sociales porque las explotaciones no son rentables: no generan los suficientes ingresos para que puedan cotizar los dos cónyuges (la situación está a cambiar ya que la administración bonifica en un 50% la cotización de las mujeres menores de 45 años).
En definitiva, las explotaciones gallegas necesitan de nuevas políticas agrarias para cambiar la tendencia de los gobiernos anteriores. Es cierto que hubo un cambio de talante, que se abrieron algunas mesas de negociación, pero no sirven si no se cumplen ciertas expectativas, sobre todo después de 14 meses de negociación. Tiene que haber resultados que signifiquen una mejora de precios en origen, con el único objetivo de que cubran los costes de producción y permitan unas rentas dignas. Y la mujer hace un esfuerzo enorme para mantener a sus familias en un medio rural donde hay una gran carencia de todo tipo de servicios.
Si esto no se produce, seguirá incrementándose la pérdida de efectivos y el consiguiente abandono de las aldeas. Y las mujeres son las más sufren con la crisis del medio rural gallego porque, en un gran número de casos, se hacen cargo de unas explotaciones que en la actualidad tienen dificultades para ser rentables (el 80% no llega al Salario Mínimo Interprofesional), mientras que sus maridos buscan otras alternativas de empleo para completar necesariamente los ingresos para llegar a tener unas rentas dignas.
La situación de los sectores productivos
En ningún sector se avanzaron medidas que den estabilidad a los productores. En leche, ya tenían que estar operativos la factura única y el sistema de indexación (permitirá establecer un modelo objetivo para orientar las cotizaciones que percibirán los ganaderos). Mientras, la leche bajó este año entre 0,6 céntimos de euro. En carne, la Consellería de Medio Rural se ha comprometido a poner en marcha la mesa de negociación, pero en un año sólo mantuvo un encuentro informativo. Los precios los marcan los intermediarios, que en un día ganan lo mismo que una ganadera en nueve meses alimentando a los becerros y mientras se mantienen márgenes comerciales del 140%. En vino, las mesas de negociación no supusieron un incremento real de los precios. En el Ribeiro, por ejemplo, las uvas autorizadas se pagaron por debajo de 25 céntimos de euro, un 50% más baratas que el año anterior.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.