Hace casi año y medio que la Fundación CLM Tierra de Viñedos comenzó a funcionar y las promesas hechas tanto por el Director general de Mercados Alimentarios, Federico López, como por el Delegado provincial de Agricultura de Albacete y otras instancias de la Administración de que los embotelladores iban a contribuir a financiar el fondo de promoción no se han hecho realidad.
“Este año (por el 2005) no va a ser posible, pero vamos a intentar que para el año próximo(2006) también contribuyan los embotelladores”.
Al parecer esta era una petición que les iban a hacer para ver si la aceptaban.
Bien entrado el año 2006 los embotelladores no contribuyen con nada al Fondo de promoción de la Fundación CLM y no se sabe nada a cerca de aquella gestión.
Con toda probabilidad si se lo pidieron por favor los embotelladores seguro que se negaron.
El caso es que los elaboradores seguimos pagando el cheque publicitario de la Fundación de forma obligatoria, gracias a un decreto creado ex profeso que pone en riesgo la supervivencia de bodegas y cooperativas en caso de que hayan realizado o vayan a realizar inversiones dentro del Fondo de Calidad Alimentaria (FOCAL) y se nieguen a pagar las cuotas al Fondo de promoción. Por el contrario a las empresas embotelladoras se las ha invitado a participar libremente, probablemente con toda amabilidad.
A la vista de estos hechos uno observa que hay dos varas de medir en la Fundación CLM. Por un lado a las bodegas y cooperativas se les obliga a contribuir llevándolas a un callejón sin salida: “o pagas o no te subvenciono”. Por otro lado a los embotelladores se les da la opción de que actúen con plena libertad y, según su criterio, colaboren o no con la Fundación.
A la luz de esta actuación hay varias preguntas que cualquier ciudadano puede preguntarse: ¿Los elaboradores y por ende los viticultores son ciudadanos de segunda?. Por qué en tiempos de democracia, cuando tanto se habla de igualdad desde la Administración y las instituciones, se fomentan las desigualdades flagrantes y los desequilibrios.
Para la Fundación CLM y también para la Administración regional, como creadora de la misma al parecer resultó muy fácil crear un “impuesto” sobre el mosto, sabedores de que las normas comunitarias prohíben grabar con impuestos al vino, pero tanto desde el punto de vista jurídico como moral, este planteamiento carece de ética y de base, puesto que las bodegas y cooperativas apenas venden mosto, pero sí muchísimo vino.
Teniendo en cuenta este planteamiento, ya no se trata meramente de una actuación discriminatoria y falta de ética, sino de una medida que está infringiendo una norma de derecho comunitario de la Unión Europea y que se está ejecutando a sabiendas de que se infringe.
Sin duda, para los creadores de la Fundación lo más sencillo del mundo a la hora de financiarla era buscar un sector tan conformista e individualizado como el agrario, donde casi nadie está organizado ni protesta, para pasarle toda la factura publicitaria.
Pero los agricultores ya estamos cansados de aguantar que nos manejen y nos ningunéen. Y nos preguntamos en qué estaban pensando los políticos cuando apoyaron a pies juntillas un Fondo de promoción tan injusto y lesivo para los viticultores, y lo mismo habría que decirles a las organizaciones agrarias, UCAMAN y todos los firmantes de la Fundación. ¿Se molestaron en leerse el Artículo 26?. Si se lo leyeron y votaron a favor, merecen todo el descrédito del mundo por crear una ley discriminatoria e injusta. Si no se lo leyeron, no son dignos de representar a nadie, pues lo mínimo que deberían haber hecho es cumplir con su trabajo como representantes de los ciudadanos y, por supuesto, de las bodegas y cooperativas regionales y también como personas que ganan su sueldo con tal representación.
Puestas así las cosas, con una demanda en el juzgado en contra del Fondo de promoción, un recurso en contra del decreto que obliga a contribuir con este Fondo y con un descontento generalizado por la falta de transparencia de la Fundación, con voces discrepantes como la propia UCAMAN, no sé a qué guarda la Administración para reformar el Fondo de promoción y hacerlo más justo. ¿No dicen que rectificar es de sabios?. Pues va siendo hora de que la Fundación CLM se aplique el dicho, pues el argumento de que fue creada con el consenso de todas las fuerzas políticas y sociales ya no sirve. Una buena parte de las cooperativas regionales no apoyan el Fondo de promoción tal y como está configurado, y ellos son los protagonistas más importantes. Pero, por si eso fuera poco, por lo que ha podido conocerse a través de los medios de comunicación, tampoco lo respaldan algunos sectores de ASAJA y UCAMAN, ¿es necesario que la Administración regional se quede sola y luche por llevar a cabo un proyecto injusto que ya sólo satisface plenamente a los industriales?. La pelota está en el tejado de la Administración y en los próximos meses deberá mover ficha. Si no lo hace, con los actuales precios del vino, el descontento se extenderá cada vez más y el descrédito de la Administración regional se generalizará.
Nadie que tenga algo de amor propio puede admitir ser tratado como un ciudadano de segunda.
Pascasio Martínez Quílez
DNI 7.542.512-F
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