Sevilla, 16 de febrero de 2006. COAG solicita al ministerio de Economía y Hacienda la publicación de una orden en la que se establezca la reducción o la exención de módulos en la declaración de la renta de 2005 para los agricultores y ganaderos afectados por heladas y sequía.
De este modo, COAG reclama el cumplimiento del Real Decreto 1775/2004 de 30 de julio sobre el Impuesto de la Renta de las Personas Físicas que, en su artículo 35, prevé que el ministerio de Hacienda establezca reducciones o exenciones económicas cuando se produzcan incendios, inundaciones u otras circunstancias excepcionales.
La petición de COAG se basa en los beneficios que los agricultores han dejado de percibir a lo largo del ejercicio fiscal de 2005, como consecuencia de los efectos climatológicos, epidemias y crisis de precios que han afectado al sector. A esas pérdidas hay que sumar los gastos no previstos para tratar de salvar la producción. Por todo ello, COAG solicita reducciones de módulos que oscilan entre el 0,05 y el 0,22% (según el nivel de pérdida registrada por los distintos cultivos) y la aplicación del módulo 0 para los ganaderos de las provincias de Cádiz, Córdoba, Huelva, Sevilla y algunas comarcas de Jaén, que han sufrido la acumulación de efectos de la lengua azul (con inmovilización del ganado incluida) y de la sequía. Se trata de una medida que ya se ha adoptado anteriormente en casos similares. Las exenciones fiscales sólo se aplicarían a los sectores afectados, ya que los productores sí tendrían que declarar en su totalidad los rendimientos obtenidos por otros productos.
Pérdidas por heladas
Según el informe redactado por los servicios técnicos de COAG-Andalucía, las pérdidas por heladas y pedrisco superaron los 1.500 millones de euros en Andalucía. Por provincias, la más afectada fue Almería, que no sólo sufrió heladas sino también pedrisco, en los días 6 y 7 de febrero de 2005. En algunas zonas, como Alhama de Almería, los daños se produjeron en el 90 % de la producción. Las pérdidas económicas ascendieron a unos 150 millones de euros.
En Cádiz, las heladas han afectado a los cultivos hortícolas, sobre todo pimientos, tomates y patata temprana. En la zona del Campo de Gibraltar, la naranja tardía ha sufrido pérdidas del 90 % de la producción y el aguacate, del 50 %. En total, los agricultores dejaron de percibir unos 85 millones de euros. Algo más, unos 124 millones de euros, fue lo que perdieron los productores cordobeses. Las heladas afectaron sobre todo a las producciones de cítricos (50 %), de hortícolas de invernadero y de habas.
En Granada, se han dado pérdidas importantes sobre todo en el sector hortofrutícola, especialmente en pepinos, judías y tomates. Además, se ha visto afectada la totalidad de la producción de patata extratemprana y la de chirimoya en algunos municipios. En el valle del Lecrín, la producción de cítricos se ha visto reducida en más de un 90 %. Las pérdidas económicas se valoran en unos 220 millones de euros.
Las heladas también afectaron al sector fresero onubense, que vio reducida su producción en más de un 60 %. También han resultado dañados en esta provincia la frambuesa y los cítricos. En total, unas pérdidas económicas de unos 60 millones de euros.
En Jaén, el cultivo más perjudicado es el olivo, que se verá afectado sobre todo para la próxima cosecha. También ha habido pérdidas considerables en remolacha. La provincia de Málaga se ha visto perjudicada por las heladas sobre todo en los cultivos de cítricos (100% de pérdidas en algunas zonas), subtropicales, olivar, almendro y patata. Las pérdidas económicas ascienden a unos 228 millones de euros.
En cuanto a Sevilla, los cultivos más perjudicados por las heladas han sido los hortícolas de invernadero, los cítricos, los frutales de hueso, la remolacha y la flor cortada, junto con el olivar, que sufrió pérdidas del 70 % en algunas zonas. El perjuicio económico se ha valorado en unos 122 millones de euros.
Pérdidas por sequía
Entre los cultivos afectados por la sequía destaca el olivar, que pasó de una producción media de 900.000 kilos a unas previsiones para la campaña 2005-2006 de menos de 490.000. Jaén fue la provincia más perjudicada, con una pérdida de producción de un 57 % , seguida de Granada y Córdoba, con el 39 y 40 %, respectivamente.
Por lo que respecta a los viñedos, la sequía hace que la maduración se adelante, reduciendo el peso de los granos y también la producción final. Las estimaciones apuntan a una reducción del 37 % de la producción respecto a la campaña 2004-2005, lo que supone unas pérdidas económicas que superan los 18 millones de euros.
También se han visto perjudicados por la sequía los cereales de invierno. Trigo, avena y cebada han sufrido pérdidas que rondan los 140 millones de euros. La provincia de Sevilla fue la más afectada. Por lo que respecta a la remolacha, Sevilla y Cádiz fueron las provincias más perjudicadas, ya que en ellas se concentra la práctica totalidad de este cultivo. Las pérdidas superan los 26 millones de euros.
Huelva y Málaga sufrieron los efectos de la sequía en cultivos como la castaña. En este caso, la reducción es del 65% de la producción en Málaga y el 75 % en Huelva. En términos económicos, significa una pérdida superior a los 6 millones de euros.
El sector ganadero sufrió unas pérdidas superiores a los 150 millones de euros. La sequía provocó una menor presencia de pastos y de bellotas, lo que supone que el ganadero tuvo que hacer un esfuerzo suplementario para procurar la alimentación de los animales. En el caso del porcino ibérico, la falta de bellota no sólo afecta a la alimentación de los animales, sino a la calificación del producto como “ibérico”, que permite venderlos a mejor precio.
En cuanto al sector apícola, las pérdidas por sequía superan los 11 millones de euros, al verse afectados el 60 % de la producción de miel y el 50 % de la de polen.
Otras pérdidas
A todas estas circunstancias hay que añadirles los daños que se han producido por virosis, sobre todo en los cultivos de la provincia de Almería, y los perjuicios para los productores a raíz de los focos de gripe aviar que han surgido en países asiáticos y europeos. A pesar de que el territorio español está libre de la enfermedad, los productores se han visto afectados por la alarma social que se ha creado, y que ha reducido el consumo en un porcentaje que oscila entre el 10 y el 20 %.
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