Hace unos meses, justo después de regresar de Bruselas de una de las Audiciones del Parlamento Europeo, calificaba, en otro artículo de opinión, a la Comisaria de Agricultura, Mariann Fischer, como Doña Erre que Erre por su pertinaz defensa de “su” reforma de la OCM del azúcar, sin importarte tener en su contra la opinión, al menos teóricamente, a buena parte de los Estados, el Parlamento y el CES Europeo, a los países pobres…
Pero la verdad que con el paso del tiempo y más si cabe tras conocer los resultados alcanzados en las reuniones de estos días, lo que era en un principio crítica por su tozudez se ha ido convirtiendo casi en “admiración”, aunque sea entre comillas pues sus planteamientos son desastrosos para los remolacheros, al ver su capacidad para mantenerse firme en su posición hasta alcanzar sus objetivos, con una estrategia clara de negociación y sabiendo siempre que palillos tenía que tocar.
Esa capacidad política es lo que desde COAG envidiamos y echamos en falta en nuestros políticos que tras firmar un acuerdo que tiene como premisas fundamentales una fuerte reducción de precio, más del 40% se pongan como se pongan, y la necesidad de que el 50% de los remolacheros abandonen su profesión para que puedan sobrevivir el resto, comparecen ante los medios de comunicación casi como vencedores de la batalla, sólo les faltaba el espumoso, hagamos algo de región, para completar una imagen inadmisible para el sector.
La negociación se ha llevado mal desde el principio, alguien tendrá que asumir en este sentido su responsabilidad, nos hemos aliado con 11 países que en cuanto han llegado los cantos de sirena de la Comisión nos han abandonado para convertirse en los grandes vencedores de la reforma, basta con ver lo conseguido por Italia, Portugal o Gran Bretaña…; además, hemos abierto asuntos en la negociación como la posibilidad del acoplamiento o la siembra otoñal que sólo han servido para debilitar la posición inicial de España que no debería haber sido otra que el rechazo frontal a la propuesta, sin fisuras.
Ahora ya sabemos a ciencia cierta que los remolacheros van a tener, si nadie lo remedia, siempre tenemos que confiar en San Isidro, una muerte lenta en lo que dura esta reforma. La Comisión va a poder acudir a la reunión de Hong Kong de la OMC con los deberes hechos y con la cabeza de los remolacheros en una bandeja de planta para que Pascal Lamy pueda completar su negociación de la Organización Mundial del Comercio. Muchos pensamos que nuestros políticos de Bruselas han sacrificado a los agricultores, una vez más y van unas cuantas, a cambio de otro tipo de intereses económicos, actuando de esta forma no queremos una Unión Europea así que se olvide de nuestros legítimos intereses.
A partir de este momento todos tenemos que trabajar unidos de cara al futuro, desde COAG creemos fundamental que se pongan en marcha medidas políticas para tratar de aliviar la situación de los remolacheros de Castilla y León que van a ver como se quedan sin su “nómina”, sin la remolacha, y lo que es peor sin alternativas reales que sembrar y plantar en sus parcelas.
Como tantas veces hemos anunciado 13.000 familias de Castilla y León, bueno mejor dicho 6.500 el resto ya están sentenciadas por la magnífica negociación de la Ministra Espinosa y por la dejadez de José Luis Rodríguez Zapatero, van a ver un horizonte lleno de negros nubarrones que esperemos sean capaces de solventar con mucho “talante”.
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