La Ministra de Agricultura llega a Jerez, centro agrario de la provincia de Cádiz, y llega en un momento oportuno. Porque en Cádiz, este año las inclemencias (heladas y sequía) se han cebado con el campo y han abortando las esperanza e ilusiones de miles de agricultores y ganaderos que prácticamente no han tenido cosecha. La “lengua azul” mantuvo inmovilizada nuestra cabaña durante demasiado tiempo y para ese sacrificio los ganaderos no han tenido ayuda, al menos hasta ahora. Para colmo, tenemos suscrito, de acuerdo con las recomendaciones del Ministerio de Agricultura, el seguro de sequía en pastos pero la “granujería” está negando que en dos Comarcas de Cádiz, donde hay muchas pólizas, declaren suficiente sequía como para indemnizar. Y lo que es peor, a esa chulería está colaborando el propio Ministerio de Agricultura. El algodón y la remolacha son alternativas básicas para mantener nuestro escaso entramado industrial pero difícilmente seguirán siendo. Las viñas en crisis desde hace demasiado tiempo siguen sufriendo planes estratégicos que no consiguen soluciones. Las frutas, las hortalizas y las flores se pagan a sus cultivadores a precios ridículos y asistimos pasmados a los precios que pagan los consumidores. El petróleo sigue subiendo y el Gobierno no hace nada para compensarnos de unos incrementos que no podemos repercutir en nuestras ventas, es decir, lo pagamos de nuestro bolsillo. La raquítica ayuda al gasóleo que firmó como Ministra con sus amigos, no sabemos a cambio de qué, no llega. La frontera con Marruecos es un coladero por donde nos invaden exóticas enfermedades tanto a nuestros cultivos como a nuestro ganado, sin que se hayan indagado soluciones. Los incendios forestales nos desertizan y las ayudas para prevención se las gastan los políticos. Inversiones programadas para infraestructuras agrarias, hace ya más de dos legislaturas, incluso con los mismos responsables actuales del Gobierno, se siguen aplazando. etc. etc.
Y a pesar de todo llega en buen momento. Los agricultores y ganaderos estamos iniciando un nuevo ciclo agrario y queremos sembrar. En el campo, como en la política, coincide que ahora no es época de cosecha ahora toca la siembra. Pero en el campo, dado el desbarajuste que padecemos en la política agraria, no sabemos que debemos hacer. Por eso, es oportuna su visita. Los agricultores y ganaderos, que cada día que pasa confiamos menos en las palabras de los políticos, estamos deseosos de oírle a ver si logramos al menos intuir algunas expectativas sobre la que fundar nuestra toma de decisiones.
Estos desasosiegos y nuestras inquietudes seguro que han sido los verdaderos motivos que han contribuido a programar su visita a Jerez. Pero también quiero hablarle del CAI. Cuya primera piedra viene a colocar, justo enfrente de la fábrica azucarera, de la que pretenden quitar todas sus piedras. Nuestra alcaldesa se empeña en cambiar hasta el nombre del CAI, no comparto pero entiendo que una criatura gestada por otra administración debe ser maquillada para que no se parezca a sus progenitores. Pero han transcurrido ya nueve meses desde que se nos anunció el deseo para que la nueva criatura diera mejor respuesta a nuestras ilusiones. La mejora de 12.000 hectáreas en la zona regable sigue a buen ritmo, como va a comprobar. Los deseos de ASAJA-Cádiz son que los parcelistas de esas 12.000 hectáreas, comprometidos a pagar la amortización de esas obras, puedan hacerlo. Para eso hay que ofrecerles nuevas alternativas de cultivos, especialmente ahora cuando el algodón y la remolacha peligran. El CAI era la esperanza, las industrias que se instalarían demandarían nuevos productos. Por eso, queremos saber, sobre el agobio de demanda de suelo que el Ayuntamiento dice tener en el CAI ¿qué producciones demandarán? y ¿cuánta superficie será necesaria sembrar para atenderla?. Por último Ministra, sabemos que los cambios en el Ministerio hace que los presupuestos se explicaran en andaluz y ahora en gallego y eso siempre provoca permutas y algún retraso. Pero nuestro deseo es que nos entendamos. Para lo cual, permítame pedirle que durante su estancia en Jerez, que le deseo muy agradable, nos hable claro. Ministra, ¿podemos sembrar la remolacha? Porque mi experiencia con buenos amigos gallegos es que cuando están a mitad de una escalera nunca me entero si suben o bajan.
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