El final del ciclo anterior se desarrolló con un buen agostamiento, ausencia de heladas y precipitaciones escasas. La parada vegetativa de esta campaña se ha caracterizado por escasas precipitaciones en forma de lluvia y moderadas de nieve en toda la Denominación, continuando la escasez de lluvias en los meses próximos a la brotación y durante la misma. La brotación es buena y dentro de las fechas normales en Rioja, lo que conlleva un adelanto de entre 7 y 10 días con respecto al año anterior. A finales de abril, los Servicios Técnicos inician el seguimiento de los viñedos de referencia constatando, en general, un buen porcentaje de brotación del 100% de las yemas francas. Asimismo la fertilidad también es satisfactoria con valores de 1’2 y 1’6 racimos por brote, en variedades tintas, y algo inferior en la variedad viura.
El viñedo ha completado el cuajado en toda la denominación a mediados de junio, presentando un buen estado vegetativo y sanitario, y manteniendo los 10 días de adelanto con el ciclo anterior. En general, el tempranillo, graciano, mazuelo y viura cuajan bastante bien y con mayor irregularidad la garnacha, bastante afectada por corrimiento. De la comparativa de los 110 viñedos de referencia con los datos del año anterior, se deduce una mayor irregularidad y menor número de racimos por cepa en Rioja Baja y Alta y similar en Rioja Alavesa. En el mazuelo hay un alto número de racimos y también en la garnacha, aunque más irregular. Respecto al tamaño de los racimos se constata un tamaño similar en Rioja Alavesa, menor tamaño en Rioja Baja e irregularidad en Rioja Alta.
Respecto a las necesidades de agua hasta el final del cuajado, aunque las precipitaciones han sido moderadas, han tenido una buena distribución a lo largo del ciclo fenológico y han sido suficientes para cubrir el período brotación-cuajado. En el mes de junio cayeron tormentas dispersas en gran parte de la denominación, que aportaron una buena cantidad de agua. No obstante, a partir de estas fechas las necesidades de agua en la vid son muy exigentes y el mes de julio fue especialmente seco, a pesar de lo cual, a finales de ese mes, el estado sanitario era muy bueno en general y el estado vegetativo bueno también, apreciándose una vegetación moderada y equilibrada. Aunque desde el mes de enero las precipitaciones hayan sido claramente inferiores a las de un año normal, el estrés hídrico ha sido aceptable hasta la fecha, acusándose puntualmente en viñedos de secano con suelos ligeros afectados por una moderada desfoliación basal, que se está corrigiendo con las lluvias caídas a mediados de agosto en forma de tormentas dispersas en una parte importante de la Denominación.
El envero se desarrolla con normalidad desde mediados de julio, continuando el ciclo con un adelanto de unos 10 días con relación al año anterior, pero dentro de la media habitual en la Denominación. Según las conclusiones del primer Control de Maduración realizado por el Consejo Regulador el 22 de agosto, la situación general del viñedo a fecha actual es muy buena, tanto desde el punto de vista vegetativo como sanitario, lo que permite mantener las expectativas generadas a lo largo de la primera parte del ciclo de una producción moderada de alta calidad. La evolución de la maduración puede calificarse como correcta y ajustada en el tiempo a la media normal en la Denominación.
Para la próxima vendimia 2005 habrá en producción un total de 59.377 hectáreas (54.700 hectáreas de variedades tintas y 4.677 hectáreas de variedades blancas), que suponen un incremento de 1.240 hectáreas respecto al año anterior. Esta superficie de viñedo situaría el potencial máximo de producción de uva amparable por la Denominación en torno a 400 millones de kilogramos, ya que el Consejo Regulador tomó la decisión de fijar para esta vendimia un rendimiento máximo amparable de 6.500 kgs. por hectárea para variedades tintas y de 9.500 kgs. por hectárea para variedades blancas, con el fin de alcanzar el objetivo de optimización de la calidad que constituye una de las estrategias básicas de esta Denominación Calificada. En este sentido, los Servicios Técnicos del Consejo han constatado la actuación consecuente de los viticultores a la hora de aplicar las técnicas de cultivo más idóneas para alcanzar dicho objetivo, como la eliminación de racimos (“poda en verde” o “aclareo”) en muchas parcelas.
Logroño, 25 de agosto de 2005
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