El 18 de octubre de 2004 los servicios de aduanas del aeropuerto de Bruselas (Zaventem) impidieron que dos aves de rapiña, procedentes de Tailandia, fueran introducidas en Bélgica. Un viajero llevaba dos águilas azores montañesas (Spizaetus nipalensis) escondidas en el equipaje. La actuación de los funcionarios de aduanas se inscribe en el marco de la intensificación del control del tráfico de viajeros procedentes del sudeste de Asia, en vigor desde inicios de 2004 tras la propagación de la epidemia de gripe aviar, que también causó víctimas humanas. Desde entonces, la Unión Europea impuso una estricta prohibición de la importación de aves de los países del sudeste asiático.
Trasladadas a un puesto de inspección de frontera del aeropuerto, un veterinario del Organismo Federal para la Seguridad de la Cadena Alimentaria (Agence fédérale pour la sécurité de la chaîne alimentaire – AFSCA), institución encargada del control de las importaciones de animales vivos, examinó las águilas. Ambas aves parecían en buen estado de salud. Dado el carácter ilícito de la importación, se las sacrificó y envió al CERVA, el Laboratorio de Diagnóstico y Referencia para la gripe aviar de Bélgica.
El 22 de octubre de 2004 se conocieron los primeros resultados. Ambas águilas dieron resultados positivos al test del virus de la gripe aviar. Se detectó una cepa de tipo H5N1, idéntica a la que circula en el sudeste asiático.
Como consecuencia del resultado del análisis, el AFSCA examinó inmediatamente todos los envíos de animales que habían transitado por el puesto de inspección de frontera desde el 18 de octubre.
También se sacrificaron dos loros que se encontraban en el mismo local que las aves de rapiña con objeto de efectuar exámenes complementarios.
En el puesto de inspección se controlaron asimismo dos lotes de aves procedentes de África, que se pusieron bajo vigilancia oficial en los centros de cuarentena de Bélgica.
Además, el AFSCA informó a las autoridades de los Países Bajos y Rusia que, en el intervalo, se habían enviado seis lotes de aves vivas procedentes de África con destino a los centros de cuarentena de estos países.
Como ninguna de las dos aves de rapiña infectadas salió de los centros de cuarentena autorizados, el diagnóstico no tendrá ninguna consecuencia en el estatus sanitario de la población avícola de Bélgica.
Se buscó a las personas que podían haber estar en contacto directo o indirecto con las águilas para tomar las medidas de precaución adecuadas. Se trataba, en particular, de los pasajeros inscritos en el vuelo BR0061 de Bangkok (Tailandia) a Viena (Austria) de la compañía EVA Airways, con llegada a Viena el 18 de octubre a las 5:30, y en el vuelo OS351 de Viena a Bruselas (Bélgica) de Austrian Airlines, que llegó a Bruselas el 18 de octubre a las 8:50.
Política de comentarios:
Tenemos tolerancia cero con el spam y con los comportamientos inapropiados. Agrodigital se reserva el derecho de eliminar sin previo aviso aquellos comentarios que no cumplan las normas que rigen esta sección.