13 de octubre de 2004. Según las estimaciones de UPA la repercusión económica del incremento en el precio de los fertilizantes es tal, que sólo en la aplicación de abonos en la presente campaña el alto precio del petróleo va a suponer un sobrecoste de gastos medios del 15 % respecto al año pasado.
El consumo de fertilizantes anual en Castilla y León se sitúa aproximadamente en 1,3 millones de toneladas, de los que casi el 50 % lo acaparan los abonos complejos de sementera y un 40% los nitrogenados. Esto supone que a lo largo del 2004 el coste añadido en materia de fertilizantes para el bolsillo de los agricultores castellanoleoneses respecto a la campaña pasada será de más de 40 millones de euros (6.655 millones de pesetas).
Dado que estamos en unas fechas en las que se demanda masivamente fertilizantes, los agricultores van a sufrir una merma muy considerable en sus rentas, y todo por el altísimo coste del petróleo y de sus derivados, que para el sector agrario se concretan en el gasóleo agrícola y en los propios fertilizantes.
UPA lamenta que la crisis de Irak esté poniendo al límite a miles de profesionales del campo en Castilla y León, porque a día de hoy los costes que suponen los fertilizantes en la factura final de gastos de cualquier explotación en la región es elevadísima.
Nuestra comunidad autónoma sin duda está siendo la más afectada por el alto precio del petróleo, ya que si el consumo de gasóleo B en Castilla y León es el más alto de todas las comunidades autónomas, en el sector de los fertilizantes casi una cuarta parte de todo el consumo nacional se produce en nuestra región.
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