La basura de los pollos puede ser fuente de la bacteria Clostridium botulinum, que produce la toxina, que cuando es consumida, ocasiona el botulismo. Es frecuente que esta basura sea utilizada como cama para el ganado o como fertilizante del suelo, por lo que puede estar en contacto directo o indirecto con el ganado, con el consiguiente riesgo de provocarles botulismo.
En el Reino Unido se ha comprobado, según un informe de la Agencia de Laboratorios Veterinarios, que entre 1997 y 2002 se producía una media de 4 casos al año de botulismo en el ganado. Sin embargo, en 2003 se detectaron 20 focos potenciales. La Agencia de Seguridad Alimentaria británica tiene establecido que no puede ir a la cadena alimentaria ni la carne ni la leche hasta que transcurran dos semanas de la detección del último caso de botulismo.
La administración británica ha elaborado una serie de recomendaciones con el fin de que los productores hagan una correcta gestión de las basuras de pollo y de esta forma, reducir la incidencia de botulismo en el ganado. Entre otras son:
– No utilizar la basura de pollo como fertilizante de superficie en pastos o en tierras que se vayan a utilizar para conservar el heno o el ensilado.
– La basura de pollo que se vaya a utilizar en terreno agrícola no debe contener cadáveres ni partes de los cadáveres de los aves.
– No utilizar la basura de pollo como cama para el ganado.
– La basura de pollo debería incinerarse, enterrarse o aplicarse como abonado de fondo.
– El equipo usado para el transporte de la basura de pollo no debería utilizarse para almacenar, distribuir o mezclar alimentos para el ganado.
– Evitar que los animales domésticos o las aves salvajes tengan acceso a la basura almacenada.
– Buenas medidas de higiene personal durante del manejo de la basura.
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