Con el fin de evitar la propagación de la gripe aviar, las autoridades canadienses han tomado la decisión de sacrificar todas las aves de las explotaciones, tanto comerciales como de autoconsumo, que se encuentren en la zona de riesgo. Dicha zona abarca un radio de 10 km del primer foco detectado en Fraser Valley, en la provincia de British Columbia. Se estima que unos 19 millones de aves tienen que ser sacrificadas.
Actualmente, 22 explotaciones se encuentran afectadas por la gripe aviar y varios trabajadores relacionados con las tareas de sacrificio y desinfección, se han visto afectados por la enfermedad, pero afortunadamente no se han tenido que lamentar víctimas mortales.
Según la prensa canadiense, el consumo de carne de ave, la cual es la más popular entre los canadienses después de la detección de un caso de EEB, no se ha visto afectado por la gripe aviar. Solo se teme que la política de erradicación pueda con llevar una escasez en la oferta.
Los que si están muy preocupados son los productores de carne ecológica de ave. El código de producción ecológica exige que las aves estén criadas al aire libre durante cierto período de tiempo. Sin embargo, las medidas de bioseguridad por la gripe aviar prohíben la producción de aves en el exterior, por el peligro de que éstas puedan contagiarse con las aves salvajes, que podrían estar afectadas.
En EEUU, la gripe aviar se ha constatado en cinco Estados: Delaware, Maryland, New Jersey, Pennsylvania y Texas, aunque en este último es donde solo se ha producido la forma altamente patógena de la enfermedad. De estos cinco estados, Delaware, Maryland y Texas ya han anunciado estar libres de la enfermedad.
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