La Comisión de Estudio de la toxicidad de productos fitosanitarios del Ministerio de agricultura de Francia ha emitido un informe monográfico sobre el Fipronil, destinado a la Agencia Europea de Seguridad Alimentaria, e el marco de la evaluación de esta sustancia activa, en el que propone la no inscripción en el Anexo 1 (substancias permitidas) de la directiva 91/414/CE.
El informe indica que las informaciones disponibles no permiten caracterizar completamente el comportamiento de esta substancias en el medio ambiente ni estimar sus concentraciones y efectos en los diferentes medios (suelo, aguas superficiales, subterráneas etc.) ni concluir que exista un riesgo aceptable para algunas especies como pájaros, mamíferos, organismos acuáticos y abejas, según las utilizaciones evaluadas en el dossier.
El Ministro Gaymard, a la espera de los resultados de la evaluación comunitaria ha decidido comenzar un proceso de puesta en conocimiento del fabricante (BASF) y los distribuidores con el fin de acordar, en función del resultado de la evaluación y el procedimiento contradictorio de apelación, la forma de retirar el producto del mercado o de suspensión de su uso para determinadas aplicaciones.
El asunto de la eventual toxicidad del Fipronil y de la Imidacloraprida son asuntos que en Francia han rebasado los límites de la ciencia de la toxicología, pasando a ser un asunto político. Según la compañía BASF, el Fipronil solo es tóxico mediante contacto o ingestión directa y se utiliza en las semillas contra los insectos subterráneos, por lo que difícilmente puede entrar en contacto con las abejas. Además existen estudios independientes que han demostrado que no existe efecto alguno, señalando que los problemas de mortandad elevada de abejas se han registrado también en lugares donde no existía aplicación alguna de Fipronil.
El Regent (En España Regente) es un insecticida a base de Fipronil, que se usa contra el escarabajo de la patata y también en tratamiento de semillas. Es precisamente en su uso en semillas de girasol en el que los apicultores dicen que mata a las abejas. Los apicultores aparte de acusar al producto de causar mortalidad en sus abajas, también lo relacionan con reacciones alérgicas en humanos y estiman además que su procedimiento de homologación fue irregular.
Igual que el Fipronil, los apicultores también piden desde hace años la suspensión de la comercialización del Gaucho (Imidacloraprid), comercializado por Bayer, al que también consideran causante de mortalidad de las abejas, y cuyo uso está ya actualmente restringido.
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