El Profesor Malone de la Universidad de Delaware, ha aconsejado que plantar una línea de árboles alrededor del perímetro de una explotación de producción avícola puede mejorar considerablemente los aspectos medioambientales de ésta. Los árboles pueden actuar como filtro natural del ruido procedente de los túneles de ventilación, del olor, del polvo y de las plumas.
Además, pueden reducir las emisiones de amonio, capturando en forma de gas o suspendido en las partículas de polvo. También pueden capturar el dióxido de carbono, gas de efecto invernadero, y almacenar el carbono en la madera, liberando el oxígeno en la atmósfera. Las raíces son también efectivas en absorber nutrientes que pueden escapar de las deyecciones de las explotaciones.
La barrera de árboles puede actuar de cortaviento, disminuyendo la velocidad de éste en cerca de un 50%. También funciona como aislante térmico, reduciendo los costes de calefacción entre un 10 y 40%, y los de refrigeración en un 20%.
La distancia a la que deben colocarse los árboles depende de variados factores, como son la orientación de la explotación, los sistemas de ventilación, la velocidad del viento, las especies de árboles utilizadas etc. El Prof. Malone aconseja que a la salida de los túneles de ventilación, los árboles deben colocarse lo más cerca posibles. Sin embargo, para no interferir con la eficacia de los ventiladores, los árboles tienen que estar separados de éstos al menos cinco veces el diámetro del ventilador.
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