Cantidades moderadas de vitamina D, proporcionadas a los animales vacunos antes de sacrificio, favorece la obtención de una carne más tierna. A esta conclusión han llegado los estudios realizados por el Prof. Horst de la Unidad de Investigación de Enfermedades del Ganado Vacuno, en Ames (Iowa, EEUU). Aumentando los niveles de calcio en sangre en un 20 a un 30%, por medio de un aporte extra de vitamina D3, dos o tres días antes del sacrificio, se consigue un aumento del calcio del músculo y una carne más tierna. Estas mayores concentraciones de calcio disparan el proceso de maduración de las carnes al activar, tras el sacrificio del animal, las enzimas del músculo, las cuales degradan las proteínas estructurales de la carne, que son las responsables de la dureza de la carnes.
Según el profesor Horst, la mayor parte de los mamíferos pueden tolerar un incremento de los niveles de calcio en sangre en un 20 a un 30% durante 3 a 5 días, sin ningún peligro ni para el animal, ni para el consumidor. Si los niveles de calcio en sangre del animal se elevaran por encima de un 40 a un 50% de lo normal, durante varios días, el animal si podría enfermar y llegar a morir.
Los científicos han probado el mismo método con la carne de porcino. En este caso, se ha observado que se mejora el color de la carne pero no se producen efectos de una mayor terneza.
La vitamina D3 favorece, tanto en hombres como en animales, la construcción de huesos y dientes fuertes y sanos. Una deficiencia de la vitamina provoca problemas óseos, así como enfermedades metabólicas tales como la fiebre de la leche en ganado vacuno y la osteoporosis en humanos.
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