Patrick Vronen, de la Universidad de Wageningen (Países bajos) ha investigado un método para convertir el alcaloide solanidina, una toxina común en las patatas, en materia prima para la fabricación de hormonas esteroides, que pueden ser utilizadas, por ejemplo, en la fabricación de píldoras anticonceptivas.
La solanidina es un alcaloide de la patata similar al alcaloide principal, la solanina. Algunas variedades de patata cuyos tubérculos tienen un alto contenido en fécula son ricas en solanidina. Los alcaloides de la patata, que solo están presentes en las partes verdes, son los que hacen que estas partes de la planta sean tóxicas.
La estructura molecular de la solanidina es muy similar a la de la diosgenona que es la precursora de las hormonas sintéticas. Vronen ha conseguido obtener a partir de la solanidina acetato de dihidrogenoprenolona (DPA) que es un producto intermediario en la producción de hormonas similares a la progesterona y la cortisona.
El interés de la conversión de la solanidina en DPA es el elevado coste del materia que se utiliza actualmente para fabricar hormonas sintéticas, que es la diosgenona que se extrae de una especie asiática de jengibre, Costus speciosus, que se produce exclusivamente en China.
La fabricación de hormonas a partir de la solanidina presenta, sin embargo, un importante problema que resolver, como el que la molécula correcta solo se obtenga por el momento utilizando bromocianuro, una sustancia muy tóxica.
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